sábado, 26 de noviembre de 2011

Milagros del cielo . . .

Un alma recién llegada al cielo se encontró con San Pedro. 
El santo la llevo a dar un recorrido por el cielo.
Ambos caminaron, paso a paso, por unos grandes talleres llenos de ángeles.
San Pedro se detuvo frente a la primera sección, y dijo: 
- ¡ Ésta es la sección de recibo ! Aquí, todas las peticiones hechas a Dios mediante la oración son recibidas.
El alma observó la sección, y estaba terriblemente ocupada con muchos ángeles clasificando peticiones escritas en voluminosas hojas de papel de personas de todo el mundo.
Ellos siguieron caminando hasta que llegaron a la siguiente sección, y San Pedro dijo:
- ¡ Ésta es la sección de empaque y entrega ! Aqui, las gracias y bendiciones que la gente pide son empacadas y enviadas a las personas que lo solicitaron.
El alma vió que tan ocupada estaba. Habia tantos ángeles trabajando en ella como tantas bendiciones estaban siendo empacadas y enviadas a la tierra.
Finalmente, en la esquina más lejana de los talleres, el alma se detuvo en la última sección.
Para su sorpresa, solo un ángel permanecía en ella, ocioso, haciendo muy poca cosa.
- ¡ Ésta en la sección del agradecimiento ! - Dijo San Pedro al alma.
- ¿ Cómo es que hay tan poco trabajo aquí ? - Preguntó el alma.
- ¡ Esto es lo peor ! - Contestó San Pedro. - Después que las personas reciben las bendiciones que pidieron, muy pocas envían su agradecimiento.
- ¿ Cómo uno agradece a las bendiciones de Dios ? 
- Simple - contestó San Pedro - , sólo tienes que decir:
« GRACIAS SEÑOR . . .  »